martes, 10 de enero de 2012

La tiranía de las Redes Sociales

La verdad es que conmigo lo han “clavado”. Ni la palabra “red”, ni “social” son dos conceptos a los que tenga mucho aprecio. La primera más bien me produce “alergia”.

Son tantos los conocidos que tengo que poseen 700 amigos “virtuales” y que luego no tienen con quien ir a tomar una cerveza que no confío mucho en ellas. De hecho no “pertenezco” a ninguna. El lema de Grocho Marx: “jamás perteneceré a un club que admitan a tipos como yo”, cada vez va adquiriendo mas sentido en mi vida.

Y después está el apartado “Hoy me siento…”, como si nos creyésemos tan importantes para que a alguien le importe como nos sentimos a cada minuto…

Pero bueno, no quería “alabar” mucho las “excelencias” de este tipo de “amistades virtuales”, venia solo a contar un “sucedido”, que me ha indignado un poco más.

Resulta que mantengo relaciones mediante el anticuado e-Mail con ciertas personas. Personas que conoces un día y que te aportan algo. Personas cuya presencia simplemente te alegra la vida, o personas a las que en un momento dado crees poder ayudar, aunque sea con tus palabras.

Con el paso del tiempo todos evolucionamos (cosa lógica), e igual consideras que ya no puedes aportar nada a esa persona. O bien vas conociendo sus “telarañas” mas ocultas y decides que no era la persona que creéis (eso nos pasa a todos. Me incluyo), o por la razón que sea.

Tener la libertad de elegir las personas con las que mantienes una comunicación creo que es algo personal, íntimo y desde luego, inalienable.

Un día, decidí “limpiar” mi lista de contactos borrando aquellos que (por la razón que sea), ya no me parecía lógico que estuviesen ahí. Algo rutinario, sobre todo si lees el nombre de alguien y piensas ¿y este quien es?.

Hasta aquí todo mas o menos normal. A los pocos días me llegan dos emails con el siguiente mensaje:






Atónito, los leo. No me lo puedo creer.

¿Pero quienes se creen que son estos “Gran-hermanos” modernos para tildar de TRAICION el hecho de que agregue o borre a personas de mis contactos.

Igual una de esas personas era un “gran hijo de p…” que me estaba haciendo la vida imposible. ¿Quién ha traicionado a quien?.

Por otro lado ¿le han pedido permiso a la persona propietaria de esa dirección de correo para enviar semejante respuesta?. Igual esa persona esta encantada de perderme de vista.

Es como si antes de realizar una opción tan personal de decidir con quien quieres gastar tu tiempo, tuviésemos la obligación de pedirles permiso a ellos para que nos diesen su beneplácito.

Ni me siento “traidor” a nadie ni coartado en mi decisión de elegir mis “amigos”, a pesar de que intenten amedrentarnos con misivas de este tipo.

Lo fácil que es abrir una cuenta en el “Cara-libro” (léase Facebook) y lo que cuesta borrarse. ¿Por qué?. Analizarlo.

Y lo más grave. Lo realmente espeluznante, es que esto lo envía automáticamente una maquina programada por algún “lumbreras”. Da miedo pensar que nuestras amistades, o el número que tengamos dependan de un frío robot. Si esto es así, yo prefiero irme a jugar con una pelota y mi perro a alguna solitaria pradera.

La soledad, al final va a ser el arma más efectiva para luchar contra la tiranía de las redes "sociales". Y si tienes algún amigo, mejor que no se entere nadie.

ººººººººººº

© No me importa que copies mis palabras, la mala leche o el amor con las que nacen, me pertenece sólo a mi. 2012


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