viernes, 4 de septiembre de 2009

¡No quiero mas sellos!

Andaba uno por aquí, en sus “cosas”, !ejem..¡, y he decidido darle un uso a la cabeza, ya que está no tenia otra cosa que hacer (aquí no es muy necesaria su colaboración).

Me ha asaltado la siguiente duda: ¿Cómo hacen que funcione y se mantenga este “tinglao” social?, ¿que mecanismos utilizan para tenernos a cada uno en “su” sitio?, ¿que armas acciona la sociedad para que seamos todos obedientes y sumisos?.

Bueno yo he llegado a la siguiente conclusión. No es que este probada científicamente ni sea la mas acertada, pero al fin en un lugar así cada uno puede sacar la suya, hay tiempo y tranquilidad suficiente para hacerla.

Teoría de los sellos:

Cuando aterrizamos en este mundo. Cada uno en su país, ciudad o pueblo. Además de “apechugar” con las reglas sociales correspondientes a la cultura dominante del momento histórico de nacer, le entregan a uno una cartilla.

Claro un recién nacido ni tiene ni idea de que hacer con un objeto así. No pasa nada, en el momento que abre los ojos y oídos ya se lo irán explicando, de eso se encarga la publicidad.

Los medios de comunicación (mención especial hecha para el ayudante por excelencia del “Gran Hermano” Orweliano, la televisión) utilizan a los padres para manipular a sus hijos, o viceversa. La mente de los “creativos” es tan enrevesada que a veces usan a los hijos para llegar a sus progenitores.

 Bien, en este chaparrón de ideas que nos inunda hay una teoría subyacente: cuantos mas sellos consigna mas feliz será. ¿En que consisten esos sellos?.

 Imaginase usted en la puerta de una discoteca, si cumple los requisitos aleatorios exigidos por un portero cuyo uno atributo consiste en ser grande, no me refiero al cerebro, sino al cuerpo, puede acceder a su interior y le ponen a uno un sello (normalmente en el dorso de la mano) que usted no ha solicitado.

 La vida es igual. Si usted cumple una serie de requisitos recibe un sello en su brazo (el derecho, claro). Que nace sano, zass... su primer tamponazo.

(desgraciadamente las personas que nacen con algún tipo de disfunción, anomalía o enfermedad no son “premiados” con este, su primer sello y tendrán muy  comprometido el derecho a conseguir los sucesivos).

 Mas tarde es bautizado, ¡!enhorabuena¡¡ ya tiene su segundo sello. Si realiza la primera  comunión, otro más.

 Aquí habría que hacer un inciso aclaratorio. Como habrán observado la complicidad entre el Estado (¿laico?) y la Iglesia en estos primeros sellos es notoria. Y no se preocupe, aunque no sea creyente o practique la religión cristiana ya recibirá “presión” suficiente para que su retoño haga ese rito.

Una vez ya poseso del espíritu divino, el pobre niño va recibiendo mas sellos a condición de ir aprobando cursos de un “educación” cuando menos cuestionable. Si los tiene todos en su haber, ya puede acceder a uno de mas categoría el que le otorga una universidad cualquiera. Este sello es grandemente valorado por el sistema, no por su valor, ya que no suelen servir para mucho, pero si como objeto para mostrar orgullosamente en sociedad.

Ya entra usted en una edad “adulta” y los mensajes son más claros y directos. Por fin comprende que cuantos mas sellos mas feliz será, al menos eso le “venden” los charlatanes del sistema.

Lógicamente una novia “formal” le dará a usted otro sello, si se casa además, pues otro. Aparentemente son gratis. A continuación deberá comprar un piso, al precio que sea, si desea otro sello.

Empieza a creer que la esperanzada felicidad esta más cerca ya que posee gran número de sellos, pero aun necesita más. Un coche, por ejemplo, sin el no conseguirá el preciado galardón. Aquí si es directamente proporcional, cuanto mas grande sea el vehículo, más grande será el sello correspondiente.

Que tiene un hijo, otro sello. Es la recompensa por seguir fielmente el protocolo social. Si tiene mas hijos recibe mas sellos pero estos son ya de segunda categoría.

Teóricamente tendrá su cartilla casi completa, pero siempre hay algunos “extra” para competir con sus vecinos. El ser un “borrego” seguidor de un club de fútbol le otorgará otro. Estos sellos adicionales varían de valor en función de la “categoría” de la asociación a la que pertenezca, así por ejemplo, no tendrá la misma valoración popular el pertenecer al Club de montaña de Vallecas (en Madrid) que ser miembro del Club Maritimo de San Sebastián (si ambos existen), ¡¡ donde va usted aparar ¡¡. Colaborar con una institución benéfica, ser funcionario, etc. Como dije estos son “opcionales”.

Pero cuidado, que también existen sellos “negativos” es decir aquellos que anulan la valía de los estampados en su brazo derecho. Si le “cascan” alguno en su brazo izquierdo por perdida de puntos en su carné de conducir, por tener antecedentes penales, por no ir a la moda; o por tener la desgracia de terminar en un centro penitenciario, o incumplir cualquiera de las arbitrarias leyes.Habrá perdido muchos sellos por los que tendrá que luchar denostadamente de nuevo, y nadie le garantiza que lo pueda hacer.

Bien, si ha sido “bueno”, solo necesita usted el último: un gran funeral en el día de su defunción. Si es ostentoso, mejor. Con el recibirá el ultimo y deseado sello y su cartilla se habrá completado, al fin. Ahora ya puede disfrutar de la Felicidad (así con mayúsculas) plena que durante tantos años bahía perseguido. Ahora ya es el merecedor de tan luchado triunfo. Ahora ya será la envidia de sus vecinos y le lloverán felicitaciones por todos los lados, incluso alguna condecoración por parte de los gobernantes.  Felicitaciones, ya puede ser usted dichoso.

Sólo hay un pequeño problema: usted está muerto.

© No me importa que copies mis palabras, la mala leche o el amor con las que nacen me pertenece solo a mi. 2009


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